En Garantiauto como expertos en seguros de averías para coches, sabemos que en la producción de automóviles a gran escala, los distintos fabricantes intentan sacar al mercado cada año un nuevo modelo en grandes cantidades que superan puntualmente la demanda real de los consumidores. Una gran parte de los vehículos acabará en los concesionarios durante un tiempo a la espera de un comprador, pero ¿qué ocurre cuando se fuerzan las cifras de producción, la demanda no es tan alta como se esperaba y decenas de miles de coches se quedan sin vender?

Los coches sin vender son un fenómeno cada vez más habitual tanto a nivel nacional como internacional, por desgracia, en este prolongado periodo de crisis económica mundial. Los llamados cementerios de coches nuevos van en aumento. Como consecuencia de ello, varios países, entre ellos España, se enfrentan a diversos problemas, principalmente medioambientales, además de económicos.

Obviamente, hay algunas marcas o modelos de coches que son más populares que otros, dejando un gran número de vehículos sin vender.

Evidentemente, si hay coches sin vender, el concesionario no puede devolverlos a la fábrica. Es más, la mayoría de las veces los concesionarios no compran los coches directamente. Lo más frecuente es que haya financiación de por medio. Esto hace que todo sea aún más grave, ya que, si no se vende, el vendedor tendrá que pagar intereses por un coche que no le ha reportado beneficio alguno.

¿Qué técnicas pueden adoptar los concesionarios para deshacerse de los coches que no venden?

La primera idea para poder vender un coche más rápido es intentar trasladarlo, geográficamente, a otro lugar. Puede haber ciudades, regiones, lugares concretos en los que sea más fácil vender un coche que en otros. Si el concesionario tiene sedes externas en otros lugares es, por supuesto, mucho más fácil, de lo contrario el movimiento será a través de compraventas entre profesionales.

Si esta primera idea no funciona y no puede ser funcional, se puede recurrir a técnicas más fuertes. Entre estas técnicas, puede estar la de realizar descuentos muy grandes, muy elevados, o bien idear incentivos especiales para el vendedor, que le inciten a comprar. También existe la posibilidad de vender coches en subastas, aunque, desgraciadamente, esta modalidad conduce a una depreciación muy alta del coche, y a venderlo a precios muy bajos. La última solución alternativa puede ser utilizar los vehículos como coches de empresa o como vehículos de préstamo en algunos casos, por ejemplo, como coches de prueba para clientes. Por desgracia, si ninguna de estas soluciones tiene éxito, los coches acaban en el mercado de segunda mano.

En el peor de los casos, cuando después de mucho tiempo los coches ni siquiera se venden en el mercado de segunda mano, se transportan a una zona lo suficientemente grande como para albergarlos. De hecho, se crea un cementerio de coches. Como ya no se mantienen, se deterioran hasta un punto sin retorno.

Evidentemente, antes de llegar a esta mala solución, la industria automovilística, llegando incluso a devaluar considerablemente los coches para regalarlos, no puede dejar de producir nuevos modelos. Si lo hiciera, tendría que cerrar cientos de fábricas y dejar en casa a miles de empleados. Lo que empeoraría el ya de por sí grave panorama económico. Lo mismo ocurriría con las empresas especializadas en la producción de componentes para automóviles.

Coches sin vender por exceso de producción

Los coches sin vender son generalmente el resultado de la sobreproducción de vehículos por parte de la industria. Desde 2020, a raíz de la pandemia del coronavirus, se ha producido un desánimo generalizado de las compras en casi cualquier ámbito económico, especialmente en el transporte. Como consecuencia, la demanda ha descendido considerablemente, a pesar de los diversos incentivos gubernamentales y empresariales para animar a los clientes potenciales a adquirir un vehículo nuevo. Sin embargo, no hay cifras precisas para cuantificar la gravedad de esta situación, pero si se acude a cualquier concesionario, se pueden ver coches que aún son nuevos, que aún no han sido matriculados y que tienen un kilometraje ridículo, si es que tienen alguno.

Por regla general, cuando un fabricante de automóviles tiene un número considerable de coches sin vender en sus almacenes, los vende a los concesionarios con un descuento. Los concesionarios, con un descuento adicional, los venden a sus clientes como vehículos 0 km. Pero un vehículo no vendido en un concesionario también puede comprarse al cabo de mucho tiempo.

Sin embargo, aunque hay pérdidas muy importantes para los vendedores, hay muy buenas ventajas para el comprador. Puede comprar estos coches sin vender a precios bajos, salvándolos de los cementerios. No puedes decidir el color ni los accesorios. En cambio, puedes llevarte a casa un vehículo con todas las opciones por el mismo precio que habrías pagado por un modelo base.